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VUELA EL BARCO



Agujas y sensación, sensación de agujas. Música y oído, oído de música. Piel y llanto, llanto de piel. Cadera y muslo, muslo de mujer. Baterías, guitarras, estruendos, alaridos y yo, cerca, muy lejos, a pasos, a metros, a soplidos y a años de distancia, de tiempo, en el tiempo está el momento “hola” dices, dices “hola, vamos a caminar”, a caminar vamos por la playa, por las rocas, por la pendiente de nuestros corazones, corazones rojos, sangrantes multicolores pintados con acuarela, acuarela espesa como tu lava, lava espesa como tu rostro, rostro espeso como tu voz, y disculpa que no puedo reunirme contigo como caracoles de madrugada en la madrugada de tu ser, porque en este instante se encienden los inciensos que anuncian mi despedida, día a día, cuando te acercas con excusas hasta mi para seducirme con una indiferencia de desnudos cuerpos de acuarela y con cartílagos de emoción, emoción hasta el hueso y hasta el alma de madera, anciana de quinientos años hecha joven mujer el tiempo involuciona en tus sentidos y en tu cuerpo y en tu llanto apresurado por el patio, hacia el baño, hacia el vacío, hacia la soledad maldita que te envuelve como a mi me envuelve la resaca de los años. Vuelve tiempo, 

vuelve llano, nube rosa, gran amor, de tu escondite encadenado, enmudecido, vuelve llano, vuelve tiempo, en el campo, en el cielo y en tus ojos un día seré vital explosión. Será así, así será, justo cuando en la línea última del umbral donde tiembla el silencio me veas caminar como equilibrista bien entrenado, en el centro del trébol de cuatro hojas, en las hojas del cuento, en la sustancia espesa en la que el señor caracol se nutre, se esconde, se resbala, se lamenta y canta en su canto la muerte del pájaro azul. Imagina el caracol, el caracol imagina, el momento empapado, húmedo, mojado, de tu madrugada solitaria y de tu vaivén entre sombras, entre recuerdos temblorosos que ya te has ido. Y un indio y un cofre y un guerrero arma en mano y unos juegos y una rana y una mesa y unas ruedas y el silencio otra vez y la música y el microondas y el refrigerador y mi chica dormida en su habitación llamándome maldito traidor que en la agitada claridad en que vuelan esos imaginarios agarró unos pensamientos, unos recuerdos, un baúl, antes de caer poco a poco en la oscuridad a medida que avanzaba por la mente, por el tiempo, y encontraba en las cercanías de su vida risas, cuerpo, llanto, adiós, y Dios que me vio y me verá en el rincón de la luz que quede cuando todo haya acabado y esté destrozado por mis maestros y todos felices comiendo lombrices, todos pintándose las caras con una sonrisa sincera en esta pequeña ciudad de este pequeño país de este pequeño planeta, que el microbio humano se extinguió agitando sus manos a los trenes para que no lo aplastaran y molieran esa alegría de polvo de esporas, de ombligo burbujeante de mujer profundamente dormida en su colchón y en su vida habitan fantasmas sin ojos que rondan macabros el espacio, que se ocultan en una sombra y en otra y pasan veloces de una habitación a la siguiente. No es el odio el más grande enemigo de nuestra cordura, es más bien el suceso común de todos los días, pero igual todo parece estar en paz, todos agitan felices sus manos y sus redondos traseros, el presidente, el gabinete, los diputados, la libertad, el amor, la bondad, los pastorcitos, los curitas, el papa, los poetas, los bailarines, los pintores, los habitantes, la prensa, los señores que preguntan quién se queda finalmente, quién gana, quién pisa el semblante triste del niño muerto, podrido, agusanado, descalzo por la acera, drogado, violado, sudado, hambriento, golpeado socialmente por el egoísmo pestilente de las sombras que circundan. Lindos políticos, monstruos atroces, panteras, pulpos pululando en el poco espacio de mar que queda; los espectros come niños que dicen adiós a las bellas modelos con una sonrisa de oreja a oreja que las otras anorexicas raquíticas marcianas gusanas babientas responden con una sensual coreografía que les tomó tres horas preparar esa tarde, tarde muerta, esta tarde así ha sido, mas yo miro y yo grito y yo escribo y yo siento lo que siento que no es mucho, que no es nada y que es mucho justo cuando el barco vuela, vuela el barco, por el océano indico de su presencia que es ausencia, rebelión de truenos y relámpagos, olas y holas, suspiros, vómitos sin razón, ya todos están muertos, muertos están todos, mas yo flotando voy con un salvavidas por el océano sin rocas, rocas al final del pasillo, cuando ella se acerca rocas vuelan por doquier, un acantilado se estrella en mis narices, vacío, peligro, nada de salvación para el que va salvavidas a cuestas por el océano indico de su presencia que es ausencia, rebelión de truenos y relámpagos, olas y holas, suspiros, vómitos sin razón, ya todos están muertos, muertos están todos, mas yo flotando voy con un salvavidas por el océano sin rocas, rocas al final del pasillo, cuando ella se acerca rocas vuelan por doquier, un acantilado se estrella en mis narices, vacío, peligro, nada de salvación para el que va salvavidas a cuestas por el océano intentando guardar un poco de vida para lo que se supone debe venir después de las maldiciones y de los insultos y de las mariconas jugadas de esta vida de mierda que agarra el barco entre sus manos y lo retuerce y lo tira hacia el cielo podrido y desgastado y ahí todo se arma de nuevo: el barco vuela, vuela el barco por el océano indico de su presencia que es ausencia, rebelión de truenos y relámpagos, olas y holas, suspiros, vómitos sin razón, ya todos están muertos, muertos están todos, mas yo flotando voy con un salvavidas por el océano sin rocas, rocas al final del pasillo cuando ella se acerca rocas vuelan por doquier, un acantilado se estrella en mis narices, vacío, peligro, nada de salvación para el que va salvavidas a cuestas por el océano concha de su madre intentando guardar un poco de vida para lo que se supone debe venir después de las maldiciones y de los insultos y de las mariconas jugadas de esta puta vida que agarra el barco entre sus fauces y lo lanza a la mierda, rebeliones, truenos, relámpagos, perfume ninja, alarido, maldad, ocaso y sol, cuando amanezco otra vez sentado en este sillón que compré pero que no me gusta como pintaron la casa de los sueños quienes tomaron entre sus dedos agujas y sensación, sensación de agujas, música y oído, oído de música, piel y llanto, llanto de piel, cadera y muslo, muslo de mujer, baterías, guitarras, estruendos, arena, playa, rocas, pendientes, corazones, acuarelas, sangre espesa, espeso rostro, espesa voz, caracoles de madrugada, inciensos, despedidas, excusas, seducción, indiferencia, desnudos cuerpos de acuarela, cartílagos de emoción, hueso y alma, anciana joven mujer, tus sentidos, tu cuerpo, tu llanto, la soledad maldita, la resaca de los años, gran amor, tiempo en el campo, en el cielo, en tus ojos un día seré vital explosión.

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