Páginas

VOMITO GRUNGE


Mientras, mientras, mejor sigue cantando, podrido, agusanado, desde la cripta que suena interminable por la radio.

Los fantasmales ritmos de una presentación rockera desenchufada que parecen ser la sinfonía elegida para nombrar al mundo, me cuentan y me ordenan callar secretos mundiales de todas las eras. Pero como tú mismo dices espectro informativo del más allá: cada uno es un juego, un chiste, una vil triquiñuela. Mas, yo puedo escuchar, puedo sentir, y no necesito más que una chica fácil para fundirme en el sol. Ahí estaré solo, sólo conmigo mismo, olvidado, discriminado, no admitido, fuera de lugar.

Y si es que el celular es un aparato mendigo. Y si es que por silencioso no le gusto a mi nena. Y si es que las plantas cantan re – lindo. Y si es que cada dos décadas mejoro. ¡Ajá! A mi nena no le gusta nada mío. Y en el sol las plantas cantan re – lindo. Y yo canto con las plantas a través del rasgueo turbio de una guitarra, desesperada inmolación, innecesaria también.

Creo que nada es verdad.


Pero como tú mismo dices espíritu revelador del edén demoníaco, necesito una chica fácil con la falda media caída y el calzón por las rodillas. ¡Uff! Sé que tú puedes oírme tras el manto, y que yo puedo quitarte todo lo malo. Porque esta noche estaré libre, porque esta noche es mi chance, porque nada es verdad, porque si me uno al club de los tuertos podré ver, escuchar, gustar, tocar, oler, toda la noche en total libertad. Y podré y podré y podré saber que una compañía tú eres amiga mía sólo por facilidad. Así que toma tu tiempo y tu favor, toma el resto, que yo no puedo ser un niño llorón, no puedo dejar de tomarlo todo. ¡Tun! ¡Puff! ¡Plaff! Yo jaraneo solo, con lacras en el pecho, y necesito algo ahora, necesito algo ahora, necesito algo ahora.

Cuando uno es sano llora el cielo: ella me dijo “quiero mantenerme como una flor”. “Una flor es una cosa que no se toca” le dije yo. Buenos días, este es mi último disco grunge, el más rockero, el más sincero, el más terrenal, el más infernal. Dispárate, miente, suda. Yo necesito dos chicas fáciles con las faldas arrastradas por el suelo, que la flor ya se convirtió en maleza mordida y pisoteada por todos. Y es que cada uno es como es, cada uno es cada cual, una marca, un zapato, un pantalón, una moneda, un gemido, un disfraz. En un pueblo de vaqueros cada uno con sus botas, cada uno con sus culpas, cada uno con sus duelos.

En el terminal de buses podrás verme como realmente soy. O tal vez sólo me veas como ves a todos, encadenado, amordazado, comprimido. Y es que tú puedes, tú puedes, tú puedes arruinarlo todo sólo con una de tus palabras silenciosas y livianas que emanan de tus ojos de pérfida gata no inocente y no gentil. Mejor sopla aquí, que el tren ya se va.

Como dijo el poeta maldito, el maldito poeta, “cuando todos vienen aquí soy un muelle, y no sé que decir,  no sé qué hacer, pero nadie lo sabe, yo no lo sé”.

Cuando uno paga todo está claro, o nada está claro. El infierno está claro. El vómito está claro. El grunge está claro. Mientras engaño, mientras digo “bravo, hurra, gracias, perdón, eres un grito bastardo hijo mío que tanto te quiero”.

Mientras, mientras, mejor sigue cantando, cerveza a cerveza, que cuando converso en la noche de esta ciudad con el habitante noctámbulo que aveces soy, en completa soledad y optimismo, soy lo que soy, soy lo que huelo.

Cada uno cantando su canción, entonando su basura por ahí, en total orfandad, vagando por un mundo sin sol, por un mundo gris, lleno de nubes negras de sistema no solar.

Y suelo llorar, en completa soledad y optimismo, cuando soy el que soy en la sola noche de mi ciudad, peligrosa ambición que me persigue.

Soy un artista de tiempo vacío, es eso todo lo que hoy quiero decir. Soy el que va entonando su basura por el camino, por aquí por allá, pero aquí, pero aquí, pero aquí una distorsión eléctrica ronda como sonido recién nacido de ave recién creada, como un soplido de cielo. Y ahí sí que soy lo que soy, arrullado en el sonido triste de Alice in Chains, como un lobo cansado de aburrido, que su luna espera y espera y espera sin parar.       

Yo jaraneo solo, con lacras en el pecho, cada una llamada de distinta forma y cada una con su propio respaldo de pensamientos en la memoria. “La libertad es un crimen” grita una. “Entre tanto roedor aprisionado y muerto en su propio nido de vida futura que ya se fue” sigue gritando.

Y en eso estoy, acarreando un mundo hasta aquí, moldeando fantasías negras hasta el fin. Y me muevo como imán negativo rechazándolo todo, rechazándolo todo, encerrado en un baúl tan grande como el sol del sistema no solar, como el sol transmutado en luna eterna que se comió al día.

Por favor regálame una cajita feliz llena de felicidad, sincera, verdadera, real, por una vez nada más, tan sólo, al menos, tal vez sea, quizá, qué te cuesta creador de nubes de sangre, qué les cuesta Nirvana, Sound Garden, Alice in Chains, criaturas mundanas con poder de palabras deidades.

En conclusión, todo lo que circunda mi contexto inmediato es peor que la peor payasada animada, cada monito pasante es una dolorosa circuncisión en el miembro festivo del mundo; cada rasgueo de guitarra una puntada en las venas; y cada uno es, cada uno es, cada uno es una polera negra con cara de ayer, un domingo tranquilo que pasó como un rayo, una semana llena de insultos mentales al jefe, una muerte comprada en un mall del centro, un tratar y tratar y tratar y no poder, un flash back de ciclo vital podrido, algo que se olvidó de repente, un punteo armonioso que pone nervioso, una cerveza más helada que la de ayer, una borrachera más infernal que la de ayer, una resaca más aguda que la de ayer, un cambio de gusto total, un sol sin sol de un sistema obscuro.

Ella por su parte es una lata golpeada con fuerza junto a mi oreja cada mañana al despertar durante décadas de décadas sin verla he deseado poder olvidarla pero al no poder hacerlo he jurado encontrarla para recuperarla y amarla, para joderla, botarla y matarla.

Como libélula que excedió su límite de vida extiendo el vuelo más allá sólo para intentar sin lograr. ¡Kraff! ¡Plaff! ¡Snaff! Es que cada día el héroe golpea más débil y los villanos se hacen más hombres entre las piernas de la inocente flor que fue atrapada tan pronto en el callejón de la pureza ya ida.

Cada uno está aquí solo pero no solo, porque cada uno es una canción, una mentira rabiosa, vertiginosa, un himno infame, un error. Stone Temple Pilots bien lo sabe, el bosque entero se quemó y no quedó rastro alguno de ella. Y la cerveza es más amarga a esta hora tan ácida por estar tan lejos. Y si, soy yo otra vez, golpeando la puerta del que alguna vez fui. Todo parece un fin de semana sin amigos y sin chicas fáciles hablando enredado con el calzón ahogado entre el compás de sus piernas. Punto final, aparte, seguido, suspendido, coma. Cada uno es peor que el otro.

Hace dos mil años era hace dos horas; y hace dos horas era hace dos minutos; y hace dos minutos no era nada; y el hambre era tan profunda que todos gritaron de dolor; y la sangre brotó saciando a los buitres; y todo fue como debió ser; y el que creyó cayó; y yo creí; y entre todos no hicimos uno; ni al comienzo cuando hubo comida supimos la verdad; yo no la supe; nadie la supo; quisimos saberla pero al final no pudimos; NO PUDIMOS; una guitarra que suena fuerte – turbio – enredado – bonito no nos salvará; ESA ES LA VERDAD.

Mírame ahora, parezco un sordo. Pero los sordos por lo general no parecen serlo, por eso el mundo pena, algunos no escuchan, los otros fingen, como finge el sol en el sistema no solar. ¿Que bonito no? Todo era una vil holografía, por eso nunca llegué a amar a mi amada, a ninguna de las que amé.

Parezco unas alas sin pájaro, o un pájaro sin alas, en medio planeo, en media picada. Parezco un mal chiste, un llanto entre carcajadas de fusilero recién abatido. Es terrible niña, es terrible lo que acabamos de hacernos, seguir bebiendo sólo para espantar a nuestros sentidos, para seguir siendo ausentes en medio del caos, de la locura y la muerte de millones y millones a través de los años y de los mausoleos hablantes, pensantes, con nombres personales, personales vidas, que gritan a ritmo hincha pelotas: ¡Hasta cuándo joden mierda!!!!

¿Sabías niña todo lo que resultó del mal que nos hicimos?  Si lo sabías mejor miente, di que no tenías idea, miente y sigue bebiendo, así no sentirás la pena ni la culpa acumulada durante estos años de vida en guerra que se te dieron para probarte y molerte en una esquina de la condena del mundo. Yo estoy retorciéndome de dolor en medio de esa misma condena como un palomo amante que se olvidó para siempre en dónde chucha estaba el nido que compartía con su paloma, con la misma que en las horas de más honda desesperanza y tormento se revolcaba caliente con un gavilán...  tío - tío gavilán, tao - tao gavilán, pico amarillo gavilán, pico rosao...

Mientras, mientras, mejor sigue cantando, sigue sudando, incoherentes mensajes nacidos en sueños despiertos de poeta borracho que creyó y que por creer cayó a un pantano de inconsistente irrealismo. Es el caos mental de ansiedades pequeñas que en tropas lóbregas me recorren neurona a neurona.

Y la tristeza, qué decir de la tristeza que gobierna el atalaya de mi vida, el engaño es esa tristeza escondida bajo hileras de luces de colores, festivaleras alfombras de campeonato que quieren dejar sin nombre al hombre vampiro que respira apenas bajo el sol, ahogándose y muriendo, y después renaciendo, y ahogándose y muriendo, y después renaciendo.

Pero justo ahora en este segundo nocturno de pena, cualquier cosa por decir sobre. Porque siento que despierto sin poder dejar de soñar, una vez más, lo que quise ser cuando prometí cambiar, aceptando las mentiras y las culpas. Es la burla del tiempo que me hace olvidar, que me hace fallar año a año, año a año, dejándome como a un hombre vampiro sin nombre que se esconde de la gente y respira apenas bajo el sol, ahogándose y muriendo, y después renaciendo.

Mientras, mientras, mejor sigue haciendo, sigue diciendo, lo que te hace parecer hombre sincero loco emborrachado turbio enredado. Así podré pasar desapercibido por las calles del infierno terrestre. Todo es una mierda pastosa que al ser pisada inmoviliza y traga. El corazón de la montaña es tan amplio como mi clóset, es tan vasto como mi televisor. Y el corazón de los siete mares chorrea, expulsa en borbotones la materia poco limpia. Poco limpia es la raza, poco limpia es la órbita de los comportamientos humanos terrestres. Y una flor es una estrella clavada en mi jardín como inocente que espera su extinción.

Mientras, mientras, mejor sigue huyendo, sigue queriendo parecer un ciego con binoculares que todo lo ven pero nada aceptan, que todo lo miran pero que a nadie le creen, en medio de este repetitivo cuento que de tan obvio parece estar mal escrito.



Finalmente, respecto a mí, puedo asegurarte que entre lo que puedo sentir y lo que puedo hablar hay un trecho tan grande que en él se harían ciudades enteras. Por tanto, lo que una vez de mí conociste no fue más que un breve relato de lo que alguna vez he sido, no lo que tú creíste, sino exactamente todo lo contrario. Tomate un café, enciende un cigarrillo y aspira profundo. Tose, tose y tose, has como que no me escuchas, como que no crees nada de lo que digo. Da la vuelta y quítame el saludo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

.

.