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MI CHICA NO ES UNA ALUCINACIÓN


Un día diré que  no
Y no estaré escapando de nada.
Un día diré que no
Y todo el firmamento estará a mi lado.

El teléfono celular es mi amigo
Bullicioso negrero.
Sin él soy tal y cual quiero.
Con  él soy tal y cual somos.

Correré la próxima semana por el parque
Y te veré pasar espejismo como el espejismo que eres
Corriendo por mi lado a velocidades de otro mundo,
De un mundo en pasado,
De un mundo que una vez vio la luz del sol.

Tu nombre son los nombres de otros sitios
Y mi mente es la mente que todo lo olvida.
Olvida tu rostro y tu sabor,
Y tu sonrisa y tu voz,
Y el atajo que a ti me conduce.

Yo puedo decir que escribo sin pensar.
Yo puedo decir que lo hago sin detenerme
En detalles ínfimos de puntos y comas.
Yo puedo decir que no estoy acá,
Que ya me he ido,
Justo cuando empezaba a encontrarme
De nuevo cerca de tuyo,
En pensamiento
Y en corazón inflado a punto de reventarse.
Yo puedo decir que no me siento.
Yo puedo decir que no me sienten.
Yo puedo decir que vi un circo
Con nuestros nombres en cartelera.

¿Quién mató al príncipe?
El príncipe nació muerto.
Fue un error, un fragmento mal hecho.
Sus canciones en pena evidencian el luto.
Su voz raspa todo.
Su sonrisa es la sonrisa del sepulcro
Que resultó ser la tierra muerta que lo acogió
Como mujer dulce sincera,
Fatídica embustera.
Pero su música persiste, atenta.
Cobain es el mensajero de los pueblos sin vida.

Por eso sé que mi propia apología,
Que también pareciera jugar con el sol,
Me traicionará
Esa noche cuando esté a punto de morirme
Y tenga tu nombre en la punta de la lengua
Pero no tus labios.

Y te escribí una carta
Que no es sino un cometa amarillo de soles pequeños
Que habré de enviarte una tarde de delirios
Cuando no importe nada
De lo que luego podría arrepentirme.

En ella te cuento el sueño
De nuestra representación,
De nuestra mejor actuación.
La actuación que no habrá de presentarse
En el absurdo teatro de esta vida.

Mi chica no es una alucinación.
Mi chica es una estrella de otra galaxia,
Una luz que persiste en el techo de esta apología.

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